Tras una noche larga de miradas que contenían mensajes de mucho vicio, llegó el momento de los bailes y allí ya empecé a coquetear con el. Aunque no hacía falta. Sabía perfectamente lo que él quería. Y lo que deseaba yo. Solo faltaba que llegara mi recién estrenado marido y se apuntara, para que la noche de bodas terminara como el rosario de la aurora, pero bien. ¡Genial!
Origen: HISTORIAS HOT: Perla y su noche de bodas especial – LLEVAS BRAGAS PRINCESA