Hay cientos de combinaciones para elaborar las ensaladas con resultados totalmente sorprendentes. Hay quien cree que solo son un complemento a la “comida de verdad”, o un entrante, pero se equivocan. Las ensaladas en sus mil y una variedades son una idea genial para controlar el exceso de peso, y no tienen por que ser, para nada, aburridas o “sosas”.
Las ensaladas purifican y mineralizan la sangre, no tienen apenas sustancias plásticas y energéticas, y son ricas en minerales y vitaminas. Muy recomendables para hacer curas de purificación. Su digestibilidad depende de su condimentación, recomendándose usar aceite de oliva y un poquito de limón. Es preferible comer ensaladas crudas antes que verduras cocidas, en casos de obesidad.
Algunas ensaladas famosas son la ensalada mixta, típica de España, que se hace solo con lechuga, atún, huevo duro, tomates, cebolla y pepino; el asadillo, a base de tomate y pimiento rojo asados, atún y aceite; la ensalada a la chilena, con tomate, cebolla y perejil; la ensalada campera, con patata cocida, pimiento, tomate, cebolla y atún; la ensalada César, con lechuga, ajo, huevos duros y queso parmesano, aderezada con limón, aceite de oliva, pimienta y salsa Worcestershire.
Otras ensaladas famosas, aunque no tanto son la ensalada China, con lechuga y algas; la ensalada de col, la ensalada griega, con cebolla y queso feta, y las “ensaladillas” cuya reina madre es la “ensaladilla rusa”, que probablemente no sea ni ensalada ni rusa, pero que está para “chuparse los dedos”. Seguiremos informando… Cuando terminemos de comer.
Fuente: http://ensaladacesar.org/
