Estos descubrimientos respaldan la idea de que, para la pequeña proporción de individuos e individuas con comportamiento antisocial persistente a lo largo de toda la vida, puede haber diferencias en su estructura cerebral que les complica desarrollar habilidades sociales y que les impiden participar en un comportamiento antisocial.
febrero 2020
Esto es lo que se desprende de lo comentado por la autora primordial Christina Carlisi, estudiosa del University College London. Para el estudio , publicado en la reputada gaceta The Lancet , el equipo usó una máquina de resonancia imantada para examinar los cerebros de seiscientos cincuenta y dos participantes.
El estudio halló que los cerebros de las personas con patrones de «robo, agresión y violencia, intimidación, patrañas o bien repetidas fallas en el cuidado de las responsabilidades laborales o bien escolares» siempre eran diferentes, físicamente, de los de los otros y otras participantes.
A saber, las cortezas de los y las hostigadores y hostigadoras eran sustancialmente más delgadas, y sus cerebros completos tenían menos área de superficie, que los cerebros no hostigadores escaneados por los científicos (y científicas).
La mayoría de las personas que exhiben un comportamiento antisocial lo hacen primordialmente solo en la adolescencia, seguramente a resultas de navegar años socialmente difíciles, y estas personas no muestran diferencias cerebrales estructurales, afirmó Carlisi.
Origen: Scientists Scanned Brains of Bullies and Found Something Grim