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¿Hasta dónde llegará el TURISMO en Arabia Saudí? El TURISMO saudí rompe récords mientras el mundo observa asombrado
El TURISMO en Arabia Saudí ya no es solo una tendencia pasajera, es una marea imparable 🌊. Hace tiempo, pensar en este país como destino vacacional parecía una ocurrencia exótica, casi provocadora. Pero hoy, las cifras son un grito que sacude las fronteras: según este impactante informe, el gasto de los turistas internacionales en Arabia Saudí ha alcanzado un récord histórico, superando los 37.000 millones de dólares. Sí, 37.000 millones. Eso no es solo una cifra, es una declaración. Una llamada que mezcla pasado y futuro, desierto y tecnología, fe y entretenimiento.
Me lancé a investigar, casi con una sonrisa escéptica. ¿De verdad alguien elige dejar París o Tokio para pasearse por Riad? Pero también pensé: ¿y si este fenómeno es mucho más que cifras y hoteles? ¿Y si estamos ante un giro narrativo global, donde un lugar que antes solo despertaba imágenes de petróleo, peregrinaciones y dunas ahora se reinventa como un polo de atracción mundial?
Porque el turismo en Arabia Saudí no es solo hoteles de lujo, es una historia de contrastes. Aquí los visitantes flotan entre la mística de Petra y los parques temáticos futuristas, entre los zocos antiguos y los conciertos pop internacionales. Pero también entre una tradición arraigada y las tensiones de abrirse al mundo, de mostrarse hospitalario mientras equilibra sus valores antiguos.
“No es solo un destino, es un espejo del deseo humano por el descubrimiento.”
Así lo describió un experto en viajes cuando charlamos una tarde de café. Y me quedó grabado. Porque ¿qué hace que alguien se sienta atraído por un lugar cargado de historia pero que, al mismo tiempo, parece correr a toda velocidad hacia el futuro?
Origen: Saudi Arabia’s inbound tourism spending reaches record $41bn
El turismo saudí se viste de retro y de futuro al mismo tiempo
Recorramos las cifras: en 2023, Arabia Saudí registró más de 100 millones de visitantes nacionales e internacionales, un 56% por encima del objetivo previsto en su ambicioso plan nacional. Esto no es solo éxito, es desbordamiento. Y cuando algo desborda, te obliga a mirar más allá. Pero también te obliga a preguntarte: ¿de dónde viene esta fiebre viajera? ¿Es puro lujo y espectáculo, o hay algo más profundo latiendo bajo los brillantes rascacielos de Neom y los resorts del Mar Rojo?
Aquí surge la primera anécdota que me contaron en una entrevista reciente. Una pareja europea, que jamás había pensado en Oriente Medio, decidió viajar a Arabia Saudí “solo para sentir cómo es un país que se está reinventando”. Habían visitado Egipto, Marruecos, incluso Dubái, pero querían algo distinto. Querían caminar por un espacio donde todavía hay misterio. Y vaya si lo encontraron. Entre las ruinas de AlUla y las luces neón de Riad, descubrieron una mezcla de pasado y futuro que no esperaban.
“El futuro no llega como esperábamos. Nos sorprende desde donde menos lo imaginamos.”
Esa frase me resonó mientras escribía estas líneas. Porque, de pronto, Arabia Saudí se ha convertido en un espacio de experimentación global.
¿Es solo espectáculo, o hay un llamado humano detrás del turismo saudí?
El gasto récord en turismo no se explica solo por resorts y espectáculos. Hay una energía humana que va más allá. Arabia Saudí ha abierto sus puertas a conciertos de artistas internacionales, festivales culturales, deportes de motor, parques temáticos de talla mundial. Pero también a experiencias espirituales, a recorridos arqueológicos, a los misterios del desierto. Y pero también a la paradoja de un país que se muestra moderno y antiguo a la vez.
Mientras conversaba con un especialista en tendencias, surgió una comparación inesperada: Arabia Saudí es como un reloj de arena al revés. No deja que el tiempo solo caiga hacia abajo, sino que intenta que fluya en ambas direcciones: hacia el pasado glorioso y hacia un porvenir deslumbrante. Ese juego temporal es lo que fascina a los visitantes.
“El retrofuturo saudí es un imán para quienes buscan lo inesperado”
¿Quién hubiera pensado que un destino asociado durante décadas casi exclusivamente al Hajj (la gran peregrinación) se convertiría en un hotspot para influencers, aventureros y curiosos globales? Pero aquí estamos. Los números no mienten: en 2023, los turistas internacionales gastaron más que nunca, colocando a Arabia Saudí en el segundo lugar mundial en crecimiento de gasto turístico.
Y no solo eso: se espera que, para 2030, el país reciba 150 millones de visitantes al año. Pero también eso plantea preguntas incómodas: ¿qué pasa cuando la modernidad avanza más rápido que la sociedad? ¿Cómo se gestiona esa apertura sin perder el alma? Porque si algo tiene el turismo, es que muestra lo mejor y lo peor de un lugar, y lo hace a la velocidad de un clic.
“Nada envejece más rápido que lo que quiso ser eterno”
Es un viejo dicho, pero encaja perfecto aquí. Arabia Saudí está construyendo ciudades futuristas en el desierto, como Neom, que parecen sacadas de una película de ciencia ficción. Pero ¿cómo mantienes fresco un proyecto pensado para durar siglos? ¿Cómo evitas que la novedad se vuelva cliché? Hay algo profundamente humano en esa tensión. Nos pasa a todos: queremos brillar, queremos durar, queremos que nos miren… pero también queremos ser auténticos.
La doble cara del turismo saudí entre lujo y autenticidad
Hace tiempo, un guía local me confesó con media sonrisa: “Los turistas vienen buscando un cuento de Las mil y una noches, pero se van hablando del wifi más rápido del mundo.” Esa frase me golpeó con humor y crudeza. Porque sí, Arabia Saudí sabe vender lujo, pero también sabe que su encanto verdadero no está solo en las torres brillantes, sino en las historias, los sabores, los silencios del desierto, los secretos que no caben en un folleto publicitario.
“El verdadero lujo es sentir que tocas algo eterno, aunque dure un instante.”
Y eso es lo que muchos viajeros reportan al volver: que no fueron solo a hacerse selfies, sino a encontrarse con algo que los desafió.
“Viajar es descubrir que todos están equivocados sobre otros países.” (Aldous Huxley)
Los números seguirán creciendo, seguro. Los resorts seguirán multiplicándose, las inversiones seguirán fluyendo. Pero me pregunto: ¿podrá Arabia Saudí mantener esa chispa de misterio? Porque el día que se vuelva solo un destino más en la lista, habrá perdido parte de su magia.
“Nada cambia si no cambiamos la forma en que miramos.”
Así que la próxima vez que pienses en destinos exóticos, quizá valga la pena preguntarte: ¿qué buscamos cuando viajamos? ¿Fotos? ¿Historias? ¿Evasión? ¿O simplemente sentir, aunque sea por un rato, que el mundo todavía tiene rincones donde podemos asombrarnos?
¿Será Arabia Saudí el espejo donde descubrimos no solo un país en metamorfosis, sino también nuestras propias ganas de explorar lo desconocido?