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Las reinas del asfalto más cómodas para viajar largas distancias. Motocicletas cómodas que convierten cada kilómetro en pura libertad
Estamos en 2025 y el rugido de las motocicletas más cómodas sigue marcando el pulso de quienes buscan horizontes infinitos 🛣️. No hablo solo de máquinas, sino de auténticos tronos sobre ruedas que hacen del viaje un arte. El universo del turismo motorizado se ha convertido en un escaparate de lujo, ingeniería y detalles que rozan lo poético. Y sí, lo confieso: hay motos que no solo conquistan carreteras, conquistan corazones.
“Viajar cómodo ya no es un lujo, es un derecho sobre dos ruedas.”
Origen: MOTOS VIAJEROS Archives – VIAJEROS ONLINE
Desde la Honda Gold Wing, que parece más bien un salón rodante, hasta la BMW K1600, una sinfonía alemana que se desliza sobre seis cilindros, lo que se vive hoy en el mundo touring es comparable a lo que debió sentir el primer navegante cuando cruzó océanos desconocidos. Pero vayamos por partes, que cada modelo guarda su secreto, su encanto y hasta sus propias ironías.
el trono dorado que rueda sin esfuerzo
La Honda Gold Wing no es una moto cualquiera. Desde aquel lejano 1975 en el que apareció la primera GL1000, este coloso ha evolucionado hasta convertirse en un objeto de culto. La versión actual ofrece un motor de seis cilindros horizontales, 1.833 cc, 125 caballos y una suavidad tan antinatural que uno podría pensar que flota. Y lo digo sin exagerar: flota.
El asiento parece un sofá de diseño, con respaldo envolvente para el pasajero y calefacción para esos días en los que el frío corta como cuchillo. ¿Qué más? Altavoces integrados, conectividad total y un depósito generoso para devorar kilómetros sin mirar la gasolinera. La edición 50 aniversario añade incluso un libro con su historia y una maqueta. Un guiño al coleccionista que todos llevamos dentro.
Claro, no es barata: más de 31.000 euros en la versión estándar, y más de 41.000 en la Tour. Pero, ¿acaso alguien regatea cuando compra una catedral?
la sinfonía alemana que acaricia el asfalto
La BMW K1600 GT es otra liga. El seis cilindros en línea de 1.649 cc y 160 caballos suena como un piano afinado en la Filarmónica de Berlín. Deportiva y cómoda al mismo tiempo, esta alemana presume de iluminación LED adaptativa, pantalla TFT de 10,25 pulgadas y un compartimento refrigerado para el móvil. Sí, un compartimento refrigerado.
Me gusta pensar que esta moto encarna el espíritu germano llevado al extremo: precisión obsesiva y placer calculado. ¿Vale los más de 30.000 euros que cuesta? Pues depende: si uno quiere devorar autopistas con la elegancia de un sedán de lujo y la agilidad de una deportiva, no hay discusión.
“Hay motores que rugen, y hay motores que susurran poesía.”
cuando el confort se atreve con la aventura
Aquí entra la BMW R1300 GS, la trail más vendida del planeta. Esta moto no entiende de límites: autopistas, desiertos, montañas nevadas. Su ergonomía es impecable, con un asiento ajustable que parece hecho para recorrer el mundo. Y detrás de todo, la red de servicio más extensa de Europa y América Latina, porque lo que promete esta máquina es algo muy simple: siempre volverás.
Si hablamos de alma americana, la Harley-Davidson Road Glide es otra historia. Motor Milwaukee-Eight 114 de 1.868 cc, maletas, baúl trasero, respaldo para el pasajero. Una Harley no se compra, se asume como una religión. Y sí, cuesta casi 38.000 euros. Pero a cambio, cada kilómetro se convierte en un himno a la carretera abierta.
la ciencia secreta del confort
Las suspensiones Touratech son el tipo de invento que parece menor, pero cambia por completo la experiencia. Con su sistema Plug & Travel EVO, integran la moto con un control perfecto desde el manillar, adaptándose al terreno como si fueran magia alemana embotellada.
A eso se suman los asientos Touratech, diseñados artesanalmente en Baviera, con tecnologías como DriRide o FreshTouch, capaces de mantenerte fresco incluso bajo un sol abrasador. Una producción de apenas 600 asientos al mes da a entender que aquí no hablamos de industria, sino de artesanía pura.
el futuro ya llegó sobre dos ruedas
Los sistemas ADAS han desembarcado en las motos como si fueran guardianes invisibles. ABS evolucionado, control de tracción inteligente, sistemas anti-colisión… todo parece sacado de una película futurista. Y no es ficción: ya está en las carreteras.
La conectividad también lo ha cambiado todo: cascos con realidad aumentada, navegación en la pantalla, comunicación entre motos en grupo. Uno se pregunta si estamos viajando o pilotando una nave.
En paralelo, la electrificación se abre camino. Ya hay motos eléctricas capaces de ofrecer autonomías que rivalizan con las de gasolina, con tiempos de carga que se reducen año tras año. Los fabricantes juegan con materiales reciclados y la Unión Europea marca plazos para jubilar motores térmicos. ¿Será el silencio del futuro tan emocionante como el rugido de un V-Twin?
el lujo accesible que no engaña
No todo es gastar fortunas. La Honda NC750X demuestra que la comodidad no tiene por qué vaciar bolsillos. Su hueco en el falso depósito es un guiño genial, y por menos de 10.000 euros tienes moto para cruzar fronteras sin renunciar al confort.
La Yamaha Tracer 9 GT Plus, por su parte, es el equilibrio perfecto entre ligereza y touring. Tres cilindros, 115 caballos y una agilidad que convierte cada curva en un juego. Un asiento ancho, maletas rígidas y puños calefactables cierran un paquete irresistible.
retrovisor al pasado con los ojos en el futuro
El turismo motociclista no se entiende sin mirar atrás. La Honda CB 750 de 1970 inauguró la era moderna con frenos de disco y cuatro cilindros. La primera Gold Wing de 1975 marcó un antes y un después en comodidad. Las BMW K100 de los ochenta trajeron la inyección electrónica, y la Suzuki Katana redefinió el diseño futurista.
“El futuro siempre se alimenta de gasolina vieja y sueños nuevos.”
¿y ahora qué?
He hablado de lujo alemán, de gigantismo japonés, de alma americana, de artesanía bávara y de futurismo eléctrico. Y, sin embargo, el secreto sigue siendo el mismo de siempre: la carretera, la libertad y ese extraño pacto con la máquina que nos lleva más allá de nosotros mismos.
Las motos de 2025 son templos de confort, pero al final, el mejor asiento sigue siendo el que conecta tu corazón con el asfalto.
¿Será la próxima década un tiempo de motores silenciosos y pantallas omnipresentes? ¿O seguiremos buscando ese rugido que nos recuerda que estamos vivos? La carretera, como siempre, guarda la respuesta.