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barrio el chiado lisboa
Basta un simple caminar por este barrio el Chiado Lisboa, la ciudad que sale del confinamiento, para detectar determinada preocupación.
Y todo por el incremento de casos de coronavirus en ayuntamientos de la periferia como Seixal o bien Almada. Nos damos cuenta que no solo es simple sentir la presencia del espíritu de Fernando Pessoa por esos rincones sino la escultura de Camoes que nos captura. Así es en el centro de la plaza que aparta el Chiado del Distrito Alto, a solo unos metros de distancia de otra escultura consagrada a un guardián asimismo indispensable del ánima lusa: la figura que recuerda a Eça de Queiroz ahí donde se inspiró para redactar ‘La capital’.
Paseamos entre edificios señoriales
Para revisar que en este distrito pasan cosas que bien merecen una parada en tu camino.
En Chiado se madruga para asomarse a los balcones de Le Consulat y gozar desde ellos de la luz que las primeras horas del día dejan sobre una plaza Luís de Camões aún prácticamente desierta. Ubicado en lo que a lo largo de más de un siglo fuera el consulado de Brasil, Le Consulat es un ‘hotel-casa’, un hotel del que uno siente ganas de salir solamente por el hecho de que está en la irreprimible Lisboa.
Le Consulat brotó con la vocación de hacer distrito y no de gentrificar. Pues el arte es pieza esencial en este hotel que ha contado con obras de esenciales galerías para decorar unas habitaciones donde manda el cuidado del detalle y un moblaje de estética vintage. Entendidos de que el amor por la barra de bar de siempre y en toda circunstancia es universal y no comprende de fronteras, la repostería Emenda , con su factoría propia desde mil novecientos treinta y dos, despliega un mostrador en el que las queijadas, los bolos rei, las bolas de Berlim o bien sus propios y enormes pasteles de naranja se reparten el espacio.
Hacen cientos al día y su sabor es redondamente perfecto. La mañana en Chiado se lee. Claro que los best sellers que ahora ocupan ciertas estanterías de sus 7 salas no tienen el encanto de los libros de otrora, mas conforta pasearse entre ellos, hojear los cientos y cientos de títulos que acumulan y meditar que en este sitio se lleva promoviendo la lectura desde mil setecientos treinta y dos.
Hace un par de años, para festejar su doscientos ochenta y cinco aniversario, inauguraron un café con una carta concebida basándonos en los libros de recetas que se venden en la librería.
Bertrand y Ferin son claros ejemplos de lo preciso de dedicar tiempo, cuidado y amor a lo que se hace para asegurar que perviva.
EPUR
Se precisó un año para consolidar la estructura, amoldar el término al espacio, con ese anhelo por quitar todo cuanto fuera superficial traducido en un fácil moblaje de madera y bonitos azulejos cubriendo parcialmente las paredes prácticamente como única decoración. De esta manera se dio forma a un restaurant donde la primera cosa que recibe al comensal es una enorme vidriera de cristal tras la que trabaja infatigablemente el ejército de chefs que ha reclutado el chef Vincent Farges.
Otro año fue asimismo lo que se invirtió en buscar productores que fuesen incesantes y ofreciesen siempre y en todo momento una calidad inmejorable. Y si entre autores anda el juego, Malapata Art Gallery es como titularemos a las primeras horas de nuestra tarde.
Pues esta galería apuesta por esta disciplina, como asimismo lo hace por los artistas noveles y por hacer que el arte sea poco a poco más alcanzable, al tener en consideración en su rango de costos a todos y cada uno de los bolsillos. No importa si no prosigues esta guía, es complicado que si terminas llegando, por casualidad, hasta su puerta seas capaz de resistirte a la pluralidad de estilos y colores que asoman en sus cristaleras.
Lo mismo te va a ocurrir ante El Dorado , una tienda de ropa vintage que flirtea con la frontera del Bairro Alto. Traspasar su umbral es entrar en un cosmos sintético en el que la ropa victoriana convive con zapatos de plataforma con lunares de forma tan dulce como lo hacen el fado, Sinatra, Jacques Brel o bien Bryan Adams en la caja de vinilos.
Sin poder resistirnos a los cantos de sirena del Bairro Alto, nos asomamos disimuladamente a Cobalto , un establecimiento que se define como «tienda de regalos originales y creativos».
Sabores del planeta que cambian conforme lo marca el mercado Tasca Fina
Allá, la Tasca Fina, en la primera planta de Le Consulat, bien merece el homenaje de su menú degustación maridado con vinos de Portugal. El chef, André Magalhães, hace un guiño a las connotaciones viajantes que asociamos a un consulado y se inspira en sus vueltas por el planeta para crear un menú que cambia no solo con las temporadas, sino más bien con lo bueno nuevo que el mercado les pueda ofrecer.
Un vídeo en el que nos enseñan como comer un coño
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JUEGOS Y RETOS CALIENTES EN PAREJA, Y FELICES LOS CUATROOOOO
